La marjal dels moros, un tesoro medioambiental a 30 minutos de València

A escasos 30 minutos desde València por la V-21 se encuentra un auténtico tesoro medioambiental a la espera del visitante respetuoso con el entorno y la riqueza que atesoran los humedales como ecosistemas únicos y de gran belleza.

Nos estamos refiriendo al Marjal dels Moros, situado entre los términos municipales de Puçol y Sagunt. Uno de los puntos de paso clave de las aves migratorias en su largo camino hacia África y Europa.

Dosenelcamino.blog descubrió este maravilloso paraje, declarado zona ZEPA (de especial protección para las aves) e incluido en la Red Natura 2000, dejándose llevar por el azar. La búsqueda de nuevos lugares que despierten nuestro interés nos encaminó hacia este humedal pegado a la línea de costa.

Iniciamos el recorrido en el aparcamiento situado al final del paseo de la playa de Puçol, aunque es más recomendable desde el Centro de Educación Ambiental de la Naturaleza, una antigua alquería donde el visitante podrá recibir una completa y diversa información del marjal, además de participar en actividades y recorrer el conocido como Huerto Histórico y el Jardín de los Paisajes Mediterráneos.

En nuestro caso, el punto de partida desde la playa nos descubrió una cara del humedal desconocida. El viento de levante que a finales de marzo azotaba con fuerza la costa nos animó a adentrarnos en los recorridos interiores desde el camino dunar paralelo al mar.

La pasarela de madera nos reveló un mundo nuevo por descubrir donde las ánades residentes y migrantes son las verdaderas protagonistas. Pese a lo reducido de su extensión, a penas tiene 3 kilómetros de longitud y 1,5 de anchura, en este espacio se han localizado hasta 250 especies de aves. Un verdadero paraíso para los cada vez más seguidores del turismo ornitológico.

Durante nuestra visita nos asombraron los colores vivos y brillantes de los patos de cuello verde y cuello colorado, además de las más conocidas focha común, polla de agua y calamón.

El silencio solo roto por el sonido de las aves en pleno periodo de cría era embriagador. Admirados y sorprendidos por tanta belleza, solo cabía observar lo que la naturaleza nos brindaba en una ocasión única.

Uno de los técnicos del Centro de Educación Ambiental nos facilitó una pequeña guía con la que localizar a los principales actores de esta gran ópera de la vida.

Proseguimos la senda señalizada hasta otra laguna donde aún fue más sorprendente contemplar desde uno de los miradores cómo cientos de ánades se disputaban aquí y allá pequeños territorios de tierra en una sinfonía mágica. El tiempo se detuvo mientras disfrutábamos de lo que teníamos ante nuestros ojos. Hasta alguna águila ratonera e incluso algún aguilucho se sumaron al espectáculo.

Las lluvias recientes antes de nuestra visita nos impidieron disfrutar de todo el recorrido del marjal, aunque, sin duda, mereció la pena observar la riqueza de las dos lagunas que sí pudimos visitar.

El Marjal dels Moros brinda al visitante la oportunidad de conocer con todo su esplendor un ecosistema de gran riqueza medioambiental y una ocasión inmejorable para concienciarnos de la importancia de proteger estos parajes de la presión urbanística que tanto amenazan nuestros espacios naturales.

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