Chelva: la ruta del agua

La comarca de los Serranos, en la provincia de València, esconde muchos tesoros por descubrir. Uno de ellos es Chelva, a 68 km de la capital, considerado como uno de los rincones más bellos de la Comunitat Valenciana. Sus calles, sus fuentes, sus manantiales y su sempiterno río hacen de esta villa, declarada conjunto histórico, una visita obligada para el visitante que busque un remanso de paz donde huir del mundanal ruido.

Dosenelcamino.blog ha hecho parada en este municipio donde el agua es omnipresente y la ruta del agua es su principal exponente.

Comienzo de la ruta:

Un recorrido de unos 14 kilómetros que parte de la plaza del Ayuntamiento para perderse entre sus calles angostas de los barrios judío, cristiano, árabe y múdejar. Una amalgama de culturas que tienen en Chelva un excelente baluarte de los pueblos que lo poblaron a lo largo de la historia.

Las calles estrechas con paredes encaladas dominan la villa de Chelva.

El casco histórico evoca otros tiempos en los que Chelva fue un destacado enclave medieval con iglesias y mezquitas.

Entrada al barrio judío.

La ruta del agua es un itinerario turístico que incluye un recorrido por el rico patrimonio arquitectónico de la villa y su deslumbrante entorno natural.

Comienza en la plaza Mayor, en el que se encuentra la casa consistorial, para adentrarse en el barrio árabe de Benacacira entre el rumor del agua y el blanco inmaculado de sus casas. Desde allí se desciende hasta el cauce del río para llegar al área recreativa del Molino. Punto desde el que el visitante inicia un agradable paseo entre olmos, chopos, cañar y romero… para alcanzar la playeta y un poco más allá el túnel de Olinches, antigua canalización del agua hacia la central eléctrica próxima al pueblo.

Túnel de la antigua canalización del agua hacia la central eléctrica.

Tras cruzar el túnel, la ruta discurre por un camino que desemboca en una área recreativa donde el visitante, a buen seguro, disfrutará del merecido descanso tras hacer frente a empinadas rampas flanqueadas por matas de romero y espliego. Esfuerzo que tiene su merecida recompensa en la belleza de los parajes que se descubren ante los ojos ávidos de sorpresa del visitante.

De regreso al pueblo, merece la pena degustar la gastronomía de la zona, que, a buen seguro, no defraudará al caminante y hará las delicias del amante del buen yantar.


A 60 kilómetros de València, en la comarca de los Serranos, se esconde uno de los parajes más bellos y agrestes de la Comunitat Valenciana. Una villa y su río, el Turia, que reciben al visitante con paredes verticales de roca caliza (el paraíso para los amantes de la escalada) y senderos por los que perderse y disfrutar de un entorno difícil de imaginar a tan solo una hora de camino desde la ciudad por la CV-35 en dirección Ademuz.

Son varias las posibilidades para acercarse a la Chulilla más auténtica. Dosenelcamino.blog ha escogido la conocida ruta de los Calderones. Un paraje natural de gran belleza, que discurre por las hoces del Turia. Un camino de dificultad media en el que, lamentablemente, se echan en falta paneles informativos que tanto agradecen los senderistas. Salvo un par de ellos al comienzo de la ruta, el resto de postes carecen de cualquier tipo de cartel sobre el recorrido.

Puente colgante sobre el río Turia.
Puente colgante a 15 metros de altura sobre el Turia.

No obstante, el visitante disfrutará del cañón del Turia y una exuberante vegetación. Dos puentes colgantes, la gran atracción de la ruta, cruzan el cañón del río brindando algunas de las mejores y más impresionantes imágenes del camino.

Esta ruta era la que, según uno de los poco paneles informativos, utilizaban los trabajadores que partían desde Chulilla hasta la presa de Loriguilla durante su construcción.

Tras dos horas de camino, aproximadamente, se llega hasta el embalse, punto final de nuestra primera ruta por Chulilla a la que, a buen seguro, sumaremos más.

Todo buen caminante necesita pararse, descansar y reanudar su travesía. Y para ello nada mejor que disfrutar de alguno de los muchos spa que diseminados por toda la geografía son auténticos oasis en los que olvidarte de todo.

Dosenelcamino.blog tuvo el placer de visitar el establecimiento del Hotel Diamante de Calp. Todo  un sueño para los sentidos hecho realidad.

Amabilidad y profesionalidad son los dos puntos clave de este servicio en el que la exclusividad es una de sus cartas de presentación más reclamadas.

Una verdadera ventana desde la que asomarte a una nueva experiencia alejada del estrés y de las prisas, demasiado abundantes en esta sociedad nuestra donde es más importante el destino que el camino.

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